Alguna hora de espera, mientras llega el
momento de juntarnos en la mesa para comer, es más que suficiente para matar el
gusanillo fotográfico. Y sin salir del corral y el viejo huerto, darle al disparador de la
compacta y captar los colores y algunos
de los habitantes que por allí se mueven.
Que buenas Juanmi, preciosas!!!. Saludos desde Fauna Compacta.
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